En el mundo de la gastronomía, cada detalle cuenta.
Sin embargo, hay un aspecto que a menudo pasa desapercibido: la música que acompaña nuestra comida.
Este componente extrínseco tiene un impacto sorprendentemente potente en nuestra experiencia culinaria. No solo complementa el sabor y el disfrute de los platos, sino que también influye en nuestro apetito, la cantidad de alimentos consumidos e incluso la duración de nuestras comidas.
Pero, ¿cómo puede la música influir en nuestra sensación de saciedad?
Esta es la intriga que despertó la curiosidad de los investigadores de la Universidad de Ciencias Gastronómicas de Pollenzo, Italia.
Su estudio explora cómo la música, en particular su tempo, moldea nuestro comportamiento alimentario. El enfoque se centra en la interacción entre el tempo musical, las emociones evocadas y cómo estas influencias moldean nuestra experiencia de comer.
¡Prepárate para descubrir cómo la música puede llevarte a sentirte más saciado!
EL ESTUDIO
Para investigar cómo el tempo de la música afecta el comportamiento alimentario de los comensales, reclutaron a 124 participantes, los cuales fueron divididos en dos subgrupos.
Ambos grupos fueron provistos con focaccia como alimento de prueba, elegido por su facilidad de manipulación y su carácter accesible para todos (vegano, sin lactosa, etc.).
En cuanto a la música, se seleccionó música electrónica, incluyendo dos pistas instrumentales de cada subgénero: House, Disco, IDM y Ambient.
Cada pista fue adaptada para tener un tempo de 145 BPM (tempo rápido) y 85 BPM (tempo lento), generando un total de ocho pistas musicales para cada grupo experimental.
Los participantes fueron asignados aleatoriamente a dos grupos: uno expuesto a música de tempo rápido y otro a música de tempo lento.
Utilizando métodos de observación de video y cuestionarios, se midieron el número de mordiscos, los intervalos entre mordiscos, la duración de comer, …
Este enfoque meticuloso les permitió capturar una imagen detallada de cómo la música influye en la experiencia alimentaria y emocional, proporcionando información valiosa sobre cómo el tempo musical puede influir en los hábitos alimentarios.
RESULTADOS
¡Los resultados fueron reveladores!
Se descubrió que la música, especialmente su tempo, tiene un impacto significativo en el comportamiento alimentario.
La música de tempo lento indujo una mayor relajación y promovió un consumo de alimentos más prolongado. Se demostró que los participantes expuestos a música lenta aumentaron tanto el número como la duración de las masticaciones.
Este hallazgo es clave, ya que sugiere que masticar más puede aumentar la saciedad y reducir la ingesta de alimentos posteriores.
El estudio subraya la importancia de seleccionar cuidadosamente la música para crear un ambiente gastronómico óptimo.
La música de tempo lento emerge como una herramienta poderosa para promover hábitos alimentarios saludables y fomentar una atmósfera relajada y placentera para los comensales.
Al aumentar la saciedad y reducir el ritmo de consumo, la música lenta puede contribuir significativamente a la prevención del exceso de comida y mejorar el bienestar de los comensales.
Por tanto, la música de tempo lento podría ser una estrategia efectiva para promover hábitos alimentarios más saludables en entornos como comedores escolares y laborales.